Un nuevo informe de la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo y la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, titulado «Tortura: Política de Estado de Venezuela», analiza el uso sistemático de la tortura por parte del gobierno venezolano como una herramienta para infundir miedo y reprimir la disidencia.
El informe destaca:
Métodos de tortura: los prisioneros en Venezuela fueron sometidos a aislamiento extremo, agresiones físicas, privación del sueño, falta de acceso a higiene básica, alimentos y agua, y a menudo se les negaba tratamiento médico. Muchos experimentaron descargas eléctricas, golpizas, asfixia y violencia sexual.
Complicidad judicial: el sistema judicial en Venezuela está profundamente influenciado por el poder ejecutivo, y los jueces suelen delegar decisiones a los líderes políticos. Las denuncias de tortura son frecuentemente ignoradas, y los jueces desalientan activamente a los prisioneros de contar sus experiencias de tortura.
Impunidad: los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley responsables de la tortura enfrentan poca o ninguna rendición de cuentas, ya que las investigaciones sobre estos casos son sistemáticamente retrasadas o bloqueadas por fiscales y jueces.
Casos específicos: el informe detalla las experiencias personales de individuos que sufren los efectos duraderos de la tortura.
Lee el informe completo a continuación (inglés).