Pedro Luis Martín Olivares: el exdirector de inteligencia por el que ofrecen 10 millones de dólares

16 mayo, 2025

Pedro Luis Martín Olivares, exdirector de inteligencia financiera en los servicios secretos venezolanos durante la presidencia de Hugo Chávez, se ha convertido en una figura de interés internacional debido a las acusaciones de narcotráfico en su contra y a la recompensa de $10 millones ofrecida por Estados Unidos por información que conduzca a su captura. A pesar de su bajo perfil público en Venezuela, las autoridades estadounidenses lo consideran un objetivo de alta prioridad, ofreciendo por él una recompensa mayor incluso que la establecida por los hijos del famoso narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Antecedentes personales y carrera en inteligencia

Pedro Luis Martín Olivares nació en 1967 en Caracas, Venezuela. Es un hombre hispano de aproximadamente 58 años, con una estatura de 1.65 metros (5’5″), peso de 113 kilogramos (250 libras), cabello castaño y ojos verdes según los registros de la DEA. Posee nacionalidad venezolana y se le identifica con el número 6252562 en documentos oficiales.

Su carrera profesional está envuelta en cierto misterio. Si bien se ha descrito a sí mismo como abogado y economista, investigadores no han podido encontrar registros que confirmen estos estudios en Venezuela. Según Ivan Simonovis, un ex comisionado de policía venezolano, Martín Olivares ya estaba involucrado en actividades de narcotráfico y lavado de dinero durante la década de 1990, antes de ingresar a las estructuras oficiales del gobierno.

Ascenso en los servicios de inteligencia

Tras la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999, Martín Olivares fue nombrado para la oficina antidrogas de Caracas, aparentemente aprovechando conexiones que había establecido previamente en la fuerza policial. Su ascenso continuó y en 2002 alcanzó el cargo de director de inteligencia financiera en la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), el servicio de inteligencia venezolano de la época.

Durante su tiempo en la DISIP, según múltiples testimonios, Martín Olivares comenzó a operar una “oficina paralela” desde el Centro Lido, un lujoso centro comercial y de oficinas en Caracas. Desde esta posición habría utilizado informantes y escuchas telefónicas para obtener información comprometedora sobre figuras adineradas o poderosas, para luego exigir dinero a cambio de detener el acoso.

Actividades ilícitas y acusaciones formales

Las acusaciones contra Martín Olivares abarcan múltiples ámbitos delictivos, desde el tráfico de drogas hasta la extorsión y el lavado de dinero.

Vínculos con el narcotráfico

En 2015, un gran jurado federal en Miami acusó formalmente a Martín Olivares por tráfico de drogas. Según las autoridades estadounidenses, estaba en la nómina del traficante colombiano Roberto Méndez Hurtado, alias “Pluma Blanca”, del cartel del Norte del Valle, ayudando a coordinar envíos de cocaína desde su posición en la DISIP y a distribuir sobornos a funcionarios venezolanos.

Uno de los casos específicos que vinculan a Martín Olivares con el narcotráfico ocurrió en 2010, cuando la policía arrestó a tres hombres que esperaban en un bote para recuperar un paquete lanzado por un avión procedente de Venezuela en aguas de las Islas Vírgenes Británicas. Dentro encontraron más de 261 kilogramos de cocaína.

Las autoridades estadounidenses también alegan que Martín Olivares, junto con Hugo “El Pollo” Carvajal, exjefe de inteligencia militar venezolano, formaba parte del “Cartel de los Soles”, una célula de narcotráfico incrustada dentro del ejército venezolano.

Actividades de extorsión

Según testimonios recogidos por periodistas, Martín Olivares utilizaba su posición en los servicios de inteligencia para realizar actividades de extorsión. Un venezolano que pasó años en prisión afirmó que Martín solía visitar la cárcel y ofrecer “favores”, como acceso a la azotea, computadoras o cursos a distancia, a cambio de pagos.

Simonovis señaló que en cierto punto, el poder de Martín había crecido tanto que comenzó a chantajear a figuras dentro de la estructura de poder de Chávez, lo que habría marcado “la gota que colmó el vaso” respecto a su posición oficial.

Imperio empresarial y patrimonio en el extranjero

A pesar de abandonar formalmente la DISIP en 2004, Martín Olivares continuó expandiendo su influencia a través de actividades empresariales, manteniendo al mismo tiempo conexiones con la comunidad de inteligencia.

Red de empresas en Venezuela

Entre 2004 y 2007, Martín Olivares fundó al menos cinco empresas, principalmente en el campo de la seguridad privada, aunque también abrió una granja avícola. Los registros empresariales muestran que su firma de seguridad privada, Grupo Control 2004, ganó contratos de importantes instituciones estatales, incluyendo el banco estatal Bicentenario, el aeropuerto de Maracaibo y Minerven, una importante empresa minera.

Otra de sus empresas, PLM Consultores, proporcionaba “servicios de asesoramiento en relaciones institucionales” a 11 empresas vinculadas a Omar Farías, un empresario conocido en Venezuela como el “Zar de los Seguros” porque ganó importantes contratos de seguros de instituciones públicas, permitiéndole amasar una fortuna bajo Chávez.

Propiedades en Barcelona

A pesar de estar en la mira de las agencias de aplicación de la ley tanto de EE.UU. como de España, familiares de Martín Olivares lograron adquirir dos valiosos apartamentos en Barcelona en 2013, aparentemente sin ser detectados.

Estas propiedades, ambas desconocidas para las autoridades españolas, tienen un valor conjunto de alrededor de 2,5 millones de euros, según un servicio de valoración de propiedades dirigido por BBVA, un importante banco español. Ambas están ubicadas en un antiguo edificio bancario de la década de 1950 en la “Milla de Oro” de la ciudad, una franja de propiedades de alta gama en el centro de la ciudad.

Son propiedad de Urdanbest SL, una empresa española en la que la esposa de Martín, Alejandra Besteiro, su hijo Pedro Luis Martín Besteiro y su hijastro Orlando Urdaneta Besteiro aparecen como directores.

Martín también posee otro apartamento en Barcelona, adquirido en 2003. Valorado actualmente en unos 200.000 euros, el apartamento del cuarto piso se encuentra en un barrio de clase trabajadora.

Sanciones internacionales y situación actual

Las actividades de Martín Olivares han provocado severas consecuencias legales internacionales, aunque continúa operando desde Venezuela.

Sanciones de Estados Unidos

En 2018, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos sancionó las empresas de Martín, afirmando que había “explotado su posición gubernamental y aceptado sobornos de traficantes de drogas que operaban en Venezuela y Colombia como parte de un esquema más amplio para facilitar el movimiento de narcóticos desde y a través del espacio aéreo venezolano”.

La OFAC también mencionó a Martín en sus sanciones contra Diosdado Cabello, uno de los políticos más poderosos de Venezuela y un presunto líder del Cartel de los Soles, afirmando que los dos “trabajaron juntos para mover dinero ilícito a Panamá, República Dominicana y Bahamas a finales de 2016“.

Intentos de eludir la Justicia

Según documentos judiciales de EE.UU., Martín se entregó a las autoridades venezolanas después de que se emitiera una notificación roja de Interpol contra él, un hecho que su abogado en Estados Unidos utilizó para argumentar que no podía ser considerado un fugitivo.

Los fiscales estadounidenses rechazaron este argumento, alegando que Martín se había entregado porque sabía que Venezuela no lo enviaría a EE.UU. “Sabemos muy bien que hay una prohibición constitucional en Venezuela de que Venezuela extradite a sus propios ciudadanos”, dijo Adam Fels, fiscal adjunto de EE.UU. en ese momento.

Fels señaló en una audiencia judicial que Martín había viajado extensamente antes de su acusación, pero dejó de salir de Venezuela después de 2015, presumiblemente para evitar ser arrestado.

Conclusión

Pedro Luis Martín Olivares representa un caso emblemático de funcionario de alto nivel que habría utilizado su posición dentro del aparato estatal venezolano para participar en actividades ilícitas. Las acusaciones de narcotráfico, extorsión y lavado de dinero en su contra han desencadenado una intensa persecución internacional, simbolizada por la sustancial recompensa ofrecida por las autoridades estadounidenses.

A pesar de estas graves acusaciones y de las sanciones internacionales, Martín Olivares continúa operando desde Venezuela, protegido por la prohibición constitucional del país de extraditar a sus ciudadanos. Su caso ilustra los complejos desafíos que enfrentan las autoridades internacionales en la lucha contra el narcotráfico transnacional, particularmente cuando los acusados tienen conexiones políticas de alto nivel y pueden encontrar refugio en países que no mantienen acuerdos de extradición con Estados Unidos.

La fortuna acumulada en el extranjero, a través de propiedades de lujo en España y redes empresariales en Venezuela, también pone de relieve los desafíos para rastrear y congelar activos presuntamente vinculados a actividades ilícitas, especialmente cuando se utilizan empresas y testaferros para ocultar la propiedad real.

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