Nuevo informe revela el perfil, riesgos y necesidades urgentes de los venezolanos que retornan al país

26 noviembre, 2025

Un reciente estudio del Observatorio de Investigaciones Sociales en Frontera (ODISEF) advierte que el retorno masivo de venezolanos se ha convertido en un proceso sostenido y cada vez más riesgoso, que exige una respuesta coordinada entre el Estado, la sociedad civil y organismos internacionales. El informe, titulado Retorno a Venezuela: una agenda de políticas para la acción (octubre 2025), reúne evidencia obtenida directamente en la frontera entre Norte de Santander (Colombia) y el estado Táchira, a partir de 309 personas adultas que regresaron caminando al país entre julio y septiembre de 2025.

Un retorno impulsado por la precariedad y el fracaso de la integración en los países de acogida

El documento destaca que Venezuela vive un “intenso retorno” debido al cierre progresivo de rutas migratorias y al endurecimiento de políticas de control fronterizo en la región, pese a que la “solución” sea volver al régimen de Nicolás Maduro. Entre los países de procedencia predominan Colombia (52,5 %), Perú (21,4 %) y Ecuador (11 %).

Las razones principales por las que estas personas decidieron regresar son reveladoras:

  • Reencuentro familiar: 47,8 %
  • Falta de trabajo o ingresos insuficientes: 26,4 %
  • Dificultades graves de integración social: 12,4 %

Muchas de estas dificultades están directamente vinculadas con la negativa sistemática de empleo hacia migrantes: el 68,6 % reportó que le negaron trabajo por ser extranjero, el 53,3 % por no tener documentos, y el 12,9 % por razones de apariencia física.

La falta de documentos fue un obstáculo transversal. En Perú, por ejemplo, 82,5 % no obtuvo ningún tipo de documentación; en Chile, la cifra ascendió a 95,7 %. Esta ausencia de regularización impidió el acceso a servicios básicos, educación o derechos laborales.

Un perfil marcado por juventud, vulnerabilidad y bajo nivel educativo

Los hallazgos indican que quienes retornan representan una parte fundamental del bono demográfico venezolano:

  • 62,5 % tiene entre 18 y 29 años
  • 32,1 % tiene entre 30 y 45 años

Es una población joven y productiva, pero con importantes desafíos:

  • 61,2 % solo cuenta con primaria aprobada
  • 14,4 % no tiene ningún nivel educativo formal
  • 19,2 % tiene alguna discapacidad
  • 53,5 % viaja con niñas, niños y adolescentes (NNA), la mayoría bajo responsabilidad directa de mujeres.
  • 69,6 % de los NNA no estuvieron escolarizados en el país de acogida.

Este último punto es especialmente grave: niñas y adolescentes mujeres representan 71,8 % del total de NNA sin escolarización, lo que evidencia barreras estructurales de acceso y riesgos de exclusión prolongada.

Rutas peligrosas: violencia, abusos y falta de acceso a lo básico

El estudio documenta condiciones alarmantes en los caminos utilizados para regresar:

  • 10,3 % no tuvo acceso estable a agua o alimentos.
  • 8 % sufrió rechazo en comunidades de tránsito.
  • 5 % enfrentó situaciones de riesgo como robos, peleas o extorsiones.
  • En 25 % de estos casos, las personas viajaban con NNA.

A esto se suman experiencias de discriminación acumuladas en el país de acogida:

  • 49,2 % recibió burlas, insultos o gritos.
  • 40,5 % fue agredido verbalmente.
  • 19,7 % sufrió agresiones físicas.
  • 17,1 % tuvo prohibida la entrada a espacios públicos.

Reintegración: un desafío multidimensional

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define la reintegración sostenible como un proceso que integra autosuficiencia económica, estabilidad social y bienestar psicosocial. El informe concluye que, en el caso venezolano:

  • Las deudas acumuladas,
  • la falta de ahorros,
  • los traumas por violencia en la ruta,
  • y la inexistencia de redes de apoyo,

dificultan profundamente la reinserción.

Los retornados corren el riesgo de reproducir las mismas condiciones de vulnerabilidad que enfrentaban fuera del país si no existe una política pública activa y articulada.

Recomendaciones clave del informe

Para el Estado venezolano

  • Cuantificar con precisión el volumen de retornados y su ubicación.
  • Priorizar la escolarización de NNA retornados.
  • Diseñar políticas de reintegración con enfoque multidimensional.
  • Garantizar recursos sostenidos para programas de empleo, salud, educación y bienestar.
  • Crear narrativas públicas que eviten la estigmatización de quienes regresan.

Para agencias de la ONU y organismos internacionales

  • Convocar una conferencia internacional para dimensionar el fenómeno y generar un cordón financiero y diplomático.
  • Promover la “hospitalidad sostenible” y contrarrestar narrativas de exclusión y securitización.

Para las organizaciones de la sociedad civil

  • Brindar asistencia humanitaria inmediata.
  • Crear redes de apoyo nacionales para procesos de reintegración.
  • Generar investigaciones rigurosas que apoyen decisiones públicas.

Un llamado urgente a la acción

El informe concluye que el retorno venezolano, lejos de ser un fenómeno aislado o temporal, constituye uno de los mayores desafíos humanitarios y sociales del país en 2025. La combinación de juventud, precariedad, falta de documentos, violencia en la ruta y ausencia de políticas sostenidas convierte este proceso en una prioridad nacional e internacional.

Como advierte el estudio, entender y atender el retorno es clave para reconstruir el tejido social y productivo del país. No se trata solo de apoyar a quienes regresan: se trata de fortalecer a Venezuela en su conjunto.

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