Venezuela vivió este domingo una jornada que quedará registrada como un hito de resistencia cívica. Con más del 85% de abstención, el pueblo venezolano desobedeció masivamente el llamado del régimen de Nicolás Maduro a participar en unas elecciones regionales carentes de legitimidad democrática.
En medio de centros de votación vacíos y calles desiertas, la imagen que predominó fue la del silencio como forma de protesta. A pesar de las amenazas, el hostigamiento y la presión ejercida sobre sectores vulnerables —especialmente empleados públicos— la ciudadanía respondió con un “no” rotundo a la continuidad de un sistema autoritario.

Según el Comando Venezuela, la participación fue de apenas 12,56%, cifra que también fue confirmada por estudios independientes como los de la encuestadora Meganálisis. En contraste, el Consejo Nacional Electoral (CNE), alineado con el régimen, intentó sostener la narrativa oficial al anunciar una supuesta participación del 42,63%, sin ofrecer datos verificables.
Esta abstención se produce a menos de un año del histórico triunfo opositor del 28 de julio de 2024, cuando Edmundo González Urrutia fue electo presidente con una ventaja de más de 30 puntos. Aquel resultado fue ignorado por el régimen, que se proclamó vencedor sin pruebas, eliminando además herramientas de verificación como el código QR en las actas y bloqueando la observación internacional independiente.
Frente a esta nueva farsa electoral, María Corina Machado, líder de la oposición, envió un mensaje claro: “Hoy más del 85% de los venezolanos desobedecimos a este régimen criminal. Venezuela venció el miedo”. Calificó la jornada como el cuarto revés consecutivo para Maduro en lo que denominó una estrategia de resistencia democrática.
Por su parte, el presidente electo Edmundo González expresó: “Fue un acto de coraje cívico. Una declaración silenciosa, pero contundente, de que el deseo de cambio, dignidad y futuro sigue intacto”.
La abstención masiva no solo evidencia el rechazo a un proceso sin garantías, sino que también deslegitima cualquier intento del régimen de proyectar normalidad institucional. La propuesta del propio Maduro de “reformar” el sistema electoral para implementar “circuitos comunales” revela su intención de consolidar el control político y territorial mediante mecanismos paralelos y arbitrarios.

En paralelo, la represión continúa. En la semana previa a estos comicios, más de 60 personas fueron detenidas, incluyendo activistas, defensores de derechos humanos, ancianos y jóvenes, así como el dirigente opositor Juan Pablo Guanipa, en el marco de una creciente ola de persecución.
Machado recordó también la “Operación Guacamaya”, que recientemente permitió rescatar a opositores asediados por el régimen en la embajada argentina en Caracas. “Hoy el país los aplastó una vez más con inteligencia y valentía”, afirmó, y llamó a la Fuerza Armada Nacional a asumir su deber constitucional como garante de la soberanía popular: “La Nación no tolera más la indiferencia que se convierte en complicidad”.